Cada uno de nosotros tenemos diferentes maneras de relacionarnos con los demás, de seducir, de tener relaciones sexuales o de convivir en pareja. Estas diferencias pueden formar patrones o estilos de comportamiento, incluso aunque se cambie de pareja. Una de las maneras de explicar los vínculos afectivos es la teoría del apego., por la cual, nuestro estilo de relacionarnos en pareja, viene dada de nuestros aprendizajes infantiles y juveniles con las figuras que para nosotros eran importantes, que nos cuidaron y nos enseñaron, o no, a relacionarnos íntimamente.
Podemos definir la relación de pareja como una interacción, voluntaria,entre dos personas, para establecer vínculos afectivos de caracter íntimo y con un compromiso de convivencia. Se establece una relación positiva, cercana, exclusiva, empática, el atractivo físico y el deseo juega un papel importante y esencial.
Las parejas que mantienen una relación estable y confortable se basan en una amistad verdadera y profunda. Conocen sus deseos, problemas; se respetan y expresan amor y cariño de manera cotidiana en las cosas más sencillas. Dicha amistad evita personalizar los errores del otro, a pesar de los desajustes, se tiene al equilibrio.
De igual menara, las parejas que se encuentran mal, viviendo emociones negativas, de miedo, de ansiedad, será más probable que se den muestras de incomodidad. Es síntoma de que algo va mal. Es una alarma que nos avisa que debemos prestar atención a lo que nos ocurre con nuestra pareja y no dejarlo pasar por más tiempo.
Se observa que, tanto las parejas que funcionan bien como las que presentan problemas en su relación tienen los mismo problemas, la diferencia está en la forma en que suelen resolver u obviar sus conflictos, en cómo manejan la situación y cómo se comunican con el otro.
Tenemos muy claro ya, después de muchos años de estudios e investigación, que los problemas entre parejas puede acarrear muchos otros problemas a nuestra salud: depresión, estrés, ansiedad.
En España y en la mayoría del mundo, el 25% de las parejas reconocen que no están satisfechos al 100% con su vida sexual, por ello nos paramos a analizar los problemas de sexualidad que tienen las parejas y a dar soluciones y consejos para que todo fluya como es debido.
Para empezar debemos dejar de lado la vergüenza, los complejos y los prejuicios. Este primer paso es imprescindible para que una persona se pueda «dejar querer».
Primero quiérete a ti mismo, ¿no es cierto?
Ahora, analicemos cuál es, concretamente tu problema. Podemos hablar de factores psíquicos (los que hablábamos arriba) o factores físicos (que pueden estar causados por infinidad de enfermedades)
Las causas más frecuentes en los problemas de pareja son: expectativas irreales, aburrimiento y rutina, problemas adicionales de uno de los miembros de la pareja como ansiedad, depresión, estrés… falta de aprendizaje para la convivencia, nacimiento de un hijo…
Además debemos tener en cuenta si el desorden se refieren a la falta de pasión, el rechazo al contacto, dificultades para excitarse, disfunción eréctil, eyaculación precoz o incluso algún tipo de dolor en zonas directamente relacionadas con la actividad sexual.
Sea cual sea tu problema, nosotros queremos tratarlo y conseguir superarlo contigo.
Por ello te recomendamos que te pongas en contacto con nosotros y, con total discreción y seriedad, tratemos la cuestión eficaz y eficientemente.
